SENTIDO COMÚN POR FAVOR…
He comentado que el trabajo docente es un quehacer especial por la gran responsabilidad que implica, educar a las generaciones jóvenes, orientarlas correctamente no es cosa fácil y menos lo es en estos tiempos en los que existe una seria confusión de valores. Es un hecho que si los profesores descuidamos nuestra encomienda podemos llevar a los jóvenes al fracaso como profesionistas y también como personas.
He dicho también que para lograr nuestro cometido los trabajadores de la educación, de todos los niveles y funciones, tenemos un marco normativo, reglamentos, leyes y acuerdos, en los que están contemplados nuestros derechos y obligaciones, y que al mismo tiempo de luchar por hacer respetar nuestras prerrogativas, sea personalmente o a través del sindicato, también tenemos que estar conscientes de nuestras obligaciones y cumplirlas al pie de la letra porque lo que está en juego no es poca cosa, se trata del futuro de nuestra sociedad y eso debería ser razón suficiente para sensibilizarnos todos.
En educación uno de los lemas debería ser: Director/a, tú respetas mis derechos -que son obligaciones para ti- y yo respeto tus derechos -que son obligaciones para mí-, y cada quien a desempeñar el quehacer para el que fue contratado.
Si los trabajadores de la educación (por supuesto incluidos los mandos) nos sujetáramos a la idea anterior, pocos problemas habría en las escuelas, y la educación se movería… ‘viento en popa’, pero… lamentablemente no es así, porque suele suceder que el Director/a quiera abusar de sus derechos, o igual que el trabajador quiera abusar de los suyos, más allá, hay lagunas en las leyes, y algunas cosas son poco claras en las mismas, cosas que el trabajador entiende equivocadamente como derechos y que el Director/a igual entiende equivocadamente como obligaciones, y en lugar de sentarse ambas partes a dialogar/negociar, observando en ello siempre el bien de la Institución, se ‘cierran’ argumentando cada quien lo que quiere, como Dios le da a entender. Lo anterior lleva a las escuelas a un ‘distanciamiento laboral’ entre todas las partes: oficial, sindical y la base trabajadora, repercutiendo finalmente en los alumnos/as, y en ideas como: «no hay cosa más buena y más sana que cada quien haga lo que le dé su chingada gana».
Hace días un lector me escribió lo siguiente.
«Ing. Guerrero Z. Soy secretario general de un CBTis en *******, tengo ******** de haber recibido esa responsabilidad y confianza de mis compañeros. Como usted ve estoy comenzando en esto aunque mi experiencia como docente (****) me está ayudando. Navegando por la red en busca de información me encontré con su página y me cayó como anillo al dedo para la situación que estamos viviendo en el plantel, de antemano le agradezco su disposición que tiene para dar su opinión a los compañeros que acuden con usted a su nutrida página. El asunto que me ocupa es el siguiente. Hace aproximadamente ******** el director me invitó a pasar a su oficina a comentarme acerca de unos interinatos que se iban a ofrecer y me pidió mi opinión al respecto, cosa que se me hizo bien de su parte, pero luego me dijo que él tenía instrucciones del órgano central de implementar en la escuela un nuevo sistema para registrar nuestras horas de trabajo y QUE CADA UNO DEBERÍAMOS REGISTRAR HORAS DE 60 MINUTOS a lo que yo le dije que me enseñara el documento oficial en el cuál se respaldaba, me enseñó unos documentos, pero en ninguno de ellos dice acerca de las horas de 60 min. se lo comenté y me reiteró que él tiene esa indicación, yo le volví insistir que allí no decía eso y que si no mostraba un documento y que estuviera avalado por el sindicato no íbamos a aceptar esa indicación o imposición que quiere hacer, a lo que me dijo que entonces me atuviera a las responsabilidades que se fincarían en cada uno, yo le argumenté que en ******* de servicio que tengo siempre he trabajado en esas condiciones (horas de 50 minutos), por ese motivo estoy analizando la ley federal del trabajo, los derechos y las obligaciones de los trabajadores de la DGETI y si usted me puede dar su opinión se lo agradeceré profundamente.
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Interesante pregunta sin duda, espero que mi respuesta también lo sea para el Lector/a.
Excelente el hecho de cuestionar al Director acerca de mostrar el documento que contemplaba su dicho, felicitaciones por ello a mi colega que actuó así. Siempre, tratándose de una cuestión laboral, invariablemente hay que recurrir a la pregunta: «¿en dónde está escrito lo que dices Director?», y después que la autoridad muestre el documento con la supuesta razón que justifica su dicho, hay que revisarlo detenidamente, porque a veces son meras interpretaciones que se hacen de textos que a veces ni siquiera corresponden a lo que se trata de imponer, independientemente del fin que existiera en ello.
No obstante… Lee el resto de esta entrada »
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