Informe T.A.L.I.S.

22 08 2009

Recientemente (Junio 19 de 2009) se publicó un estudio de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) llamado: TALIS.

Continuando con TALIS, en otra de sus partes dice:

Observaciones de José Ángel Gurría,
Secretario General.
OCDE.

Informe Gurria TALIS«TALIS también destaca que sigue existiendo aún bastante espacio para que los maestros aprendan de sus colegas. En la actualidad, esta práctica tiene lugar más como un intercambio de información que como una colaboración profesional directa, la cual es más eficaz para mejorar el aprendizaje de los estudiantes».

Completamente cierto, y sucede porque el quehacer educativo no se asume con la seriedad debida por nadie, prácticamente por NADIE. A pesar de ello las escuelas caminan, pero podrían andar mejor, mucho mejor.

En nuestro subsistema las reuniones de academia estatal a las que acudimos regularmente (una por semestre), que son espacios precisamente para la discusión y acuerdos para mejorar la cátedra, en realidad poco ayudan a mejorarla. Tales reuniones que mención aparte podrían realizarse vía internet sin que la escuela gastara un solo centavo enviando a sus docentes a las mismas, son en su mayoría espacios para la fotografía de las autoridades oficiales y en el caso de los profesores para conversar de tópicos generales «intercambio de información» dice TALIS. Del reducido tiempo que se dedica al análisis profesional de los temas escolares llegando a acuerdos, solo una mínima parte se concreta al interior de las aulas dado que el profesor asume que él -y solo él- conoce la forma de impartir un tema, contando para ello con la escasa o nula supervisión escolar, amparándose también en la libertad de cátedra.

Pero lo peor de todo no es lo anterior, lo verdaderamente grave es que cuando los profesores analizan temas y programas de estudio y por fin logran acuerdos académicos solicitando el apoyo de las autoridades correspondientes para alguna actividad derivada de tales acuerdos, pocas veces -casi nunca- hay respuesta positiva, entonces los compromisos asentados en las actas se vuelven NADA, dejándose finalmente al olvido.

Es un hecho que la mayoría de las mencionadas actas de acuerdos firmadas en las reuniones de academia son papeles que van directamente al archivo. Al respecto se cuenta la anécdota del profesor aquel que concluyó la escritura de un documento de este tipo con un mensaje en el que prometía obsequiar una botella de un buen vino a la autoridad oficial que lo leyera después de habérselo entregado formalmente. Jamás nadie le llamó al número de teléfono que quedó asentado en la acta para reclamar el obsequio.

Las horas de «descarga» a las que el profesor tiene derecho, solo unos pocos (los hay) las aprovechan realmente para desempeñar actividades propias de la educación, la mayoría las entienden como espacios para arreglar asuntos ajenos a la escuela, otros para sentarse a «mirar las estrellas de día» y algunos simplemente para retirarse a su casa.

Entonces…

¿Queremos que las escuelas de México progresen?

14. Conviene implementar acciones a su interior para supervisar el tiempo de los profesores y de los administradores. ¿Qué tanto de su tiempo lo dedican realmente a la educación? No me refiero a tenerlos todas las horas dentro de la escuela «entreteniendo al tiempo», más bien es investigar la calidad del tiempo no la cantidad. ¿Qué tan bien se llevan a cabo las reuniones cuyo propósito es el mejoramiento de la cátedra?

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