El Síndrome del Puesto…

27 04 2009

O los cambios de actitud sin razón aparente.

Lo he visto, es inútil negarlo y es algo que molesta. Criticaré fuerte en esta ocasión ¡lo siento!

¿Qué diablos les pasa a los que asumen puestos administrativos?

Lector/a… ¿nunca te ha pasado que alguno de tus buenos compañeros de trabajo (quizá tu amigo/a) con el que tenías excelentes relaciones laborales y humanas haya asumido un puesto administrativo y cambiado por ello su manera de ser? Sí,  aquel con el que tanto te identificabas, con el que lucharon juntos por nobles ideales, pero que por circunstancias del destino pasó a formar parte de la administración de la escuela y cambió radicalmente su manera de ser, «se le subió» pues.

saltamontesSi a ti no te ha pasado, a mi sí. Aclaro que esto no es algo exclusivo de la escuela en donde estoy o de aquellas por las que he transitado, por lo que mis comentarios pudieran interpretarse como una crítica local, en realidad sucede en todos lados, dime si miento. Pero de cualquier manera aunque no tengo la menor intención de molestar a nadie -y si de analizar los por qué’s de tal actitud-, ofrezco una disculpa a quienes pudieran incomodarles mis palabras, pero igual: «al que le quede el saco que se lo ponga y lo luzca». Esto lo he visto varias veces, tantas, que terminó por llamar mi atención. Al publicar este artículo pretendo que aquellos/llas que ingresan a la administración conserven en su memoria inmediata las cosas negativas que observaron estando de este lado de la cancha y decidan combatirlas estando del otro lado, y si no pueden hacerlo que por lo menos eviten caer en lo mismo que criticaron. «Cuando luchas contra un monstruo evita convertirte en algo semejante».

¿Qué explicación puede tener el hecho de que alguien que tenía una forma de ser la cambie al pasar a formar parte de los mandos directivos? Compañeros/as que cuando estuvieron cumpliendo funciones docentes o de apoyo criticaron TENAZMENTE a las administraciones en turno, héroes/heroínas de mil batallas en contra de los mandos directivos que actuaban mal, personas con las que tuviste mil conversaciones y en todas tenías una absoluta coincidencia en el sentido de que había muchas cosas que funcionaban mal en los mandos oficiales de tu plantel y que había que corregirlas, pero que en cuanto arribaron a un puesto administrativo olvidaron sus palabras e incluso después no escuchan e ignoran las tuyas.

¿Qué demonios pasa en la cabeza del que asume un puesto directivo que cambia su manera de ser?

Lo primero que me viene a la mente es que sus principios, ideales y convicciones en realidad no lo eran tanto.

Es obvio que no es lo mismo ver los toros desde la barrera. Eso de gritarle a un torero «Chicuelinas imbécil, hazle Chicuelinas» no es igual que estar dentro del ruedo. Recuerdo al ex-diputado del PRD Félix Salgado Macedonio. Mientras fue diputado criticó severamente a la administración pública, criticaba todo, pero cuando fue alcalde de Acapulco más de una vez se le vio sumamente «estresado» por las cosas que desafortunadamente sucedían en su localidad y que como administrador tenía que resolver, me hubiera encantado decirle: ¡Ja! Ya ves amiguito que no es lo mismo estar en la barrera que en el ruedo…

Igual sucede en las escuelas, hay quien pensaba o hablaba de una manera y en cuanto pasó a formar parte de aquello que criticaba, cambió. Ahora bien, si un puesto/oficina/gestión tiene la «virtud» de cambiar para mal a un compañero/a es que sus principios, ideales o convicciones no lo eran tanto.

Lo segundo que me viene a la mente es… Lee el resto de esta entrada »