Reflexiones acerca del aborto.

HAY DE LIBERTADES A LIBERTADES…

Con la reciente polémica que se desató por la despenalización del aborto en el Distrito Federal, me nació escribir al respecto. Ahora la discusión terminó porque ya es Ley a partir del 27 de abril de 2007, desde luego que todavía hay asuntos pendientes de resolver, como son: los lugares en donde se practicará, si se les obligará a los médicos a que lo realicen, si habrá excomunión para quienes lo practiquen, si la objeción de conciencia estará por encima de la Ley, etc.

Pero, bueno… mientras llega la solución para cada problema expondré aquí mi punto de vista esperando que de algo sirva.

Un aborto es la interrupción de una vida. Sea que esta tenga un día, una semana, o el tiempo que sea, es simplemente la cancelación de una vida.

En los años que he vivido -que ya son varios-, he visto que cuando interviene el hombre en un proceso estrictamente natural generalmente se ha equivocado.

Para muestra basta un botón. El hombre quiso acelerar su desarrollo e inventó la máquina, y con ello trajo la contaminación, las guerras, el desempleo, el desequilibrio ecológico (calentamiento global) y demás fenómenos o cosas que antaño no les preocuparon a nuestros antepasados. No pretendo decir con esto que tiempos pasados fueron mejores, si me dieran a escoger entre vivir en las cavernas o vivir en donde vivo ahora, escogería lo actual, eso es seguro. Lo que intento dejar claro es que el desarrollo tecnológico nos ha costado mucho. Es como si para conseguir un litro de agua la humanidad haya tenido que pagar un millón de pesos de ahora, mucho dinero por tan poco, aunque al paso que vamos no dudo que en unas décadas probablemente eso cueste un litro de agua.

Lo cierto es que el hombre ha invertido mucho para conseguir avanzar en la ciencia y la tecnología, generando con ello, si, comodidad para las generaciones actuales, pero me parece que ha sido poco cuidadoso con las consecuencias de sus actos.

¿Cuánto nos ha costado lo que ha conseguido la ciencia? ¿Cuánto hemos avanzado realmente como sociedad? ¿Cuál es el precio que ya estamos pagando por ese avance? ¿No te sucede lector que en tu casa, pueblo, ciudad o metrópolis, ya escasee el agua? ¿No te parece que los cambios repentinos del clima natural ya empiezan a afectarte? ¿Y todo por qué? Por la intervención del hombre en procesos estrictamente naturales y lo poco cuidadoso que ha sido para prevenir las consecuencias.

El aborto es eso. Es una intervención más del hombre en un proceso estrictamente natural.

Yo no apoyo el aborto. Apoyo la libertad de los seres humanos, pero hay de libertades a libertades.

¿Tenemos libre albedrío? Sí. La Biblia lo consigna en 1. Corintios 10:23 (“Todo es lícito pero no todo es de provecho. Todo es lícito pero no todo edifica”) y recurro a ella porque la mayoría de los mexicanos somos católicos por fe o por costumbre.

Esencialmente somos libres, pero ¿lo somos realmente? No lo creo. Si acaso la única libertad que tenemos es la de pensar y a veces ni siquiera eso porque nuestro pensamiento se encadena a problemas o asuntos que quisiéramos olvidar pero que no podemos hacerlo. Por otra parte, la libertad de actuar como deseamos es una mera ilusión que se queda solo en eso.

Nadie es libre de actuar como quisiera porque hay una serie de cosas que se lo impiden: su moral, sus prejuicios, sus complejos, sus responsabilidades con los demás, las formas sociales, etc. En principio somos libres únicamente para pensar, y eso, a veces. Por otra parte, que actuemos bien según lo deseamos eso es todavía más complicado.

Entonces ¿la mujer es libre para abortar? No lo creo. Esa es una libertad cuestionable.

Para mi son pocas las razones que justifican un aborto y no se relacionan ni siquiera con una violación sexual, por grave, penosa y traumatizante que haya sido, más bien corresponden a situaciones como: que el producto tenga malformaciones genéticas -lo cual ya es posible detectar desde antes de nacer un bebe-, o problemas que le impidan al producto un desarrollo normal después de haber nacido, imposibles de resolver por la medicina actual. En estos casos estoy de acuerdo.

Pienso que en la situación de una mujer embarazada que no quisiera tener un hijo por la razón que sea, el gobierno debería apoyarla al cien por ciento para que lo tuviera, solventándole sus gastos y su manutención durante todo el tiempo de su embarazo, y al tener el producto entregarlo en adopción. Me parece que eso es lo correcto.

Sin embargo, no piensan así quienes legislan en el Distrito Federal y lo que ahora ya es una Ley en una parte del país, pronto lo será en todo nuestro territorio.

La naturaleza trabaja creando lo que necesita, y los seres humanos estamos interrumpiendo sus procesos. Eso me parece grave. Una vida en gestación es un proceso, es una esperanza y estamos acabando con ella. No quiero parecer agorero del desastre, pero creo que como especie nos estamos alejando de los principios naturales y seguramente la naturaleza nos lo cobrará.

Y es que, mientras que interrumpimos unos procesos, facilitamos otros.

¿Qué hace la naturaleza cuando algo o alguien no encaja en el marco genético de las especies? Simplemente lo elimina.

¿Han nacido personas y animales con dos cabezas? Sí.¿Y qué pasa con ellos? Por lo general duran vivos solo unas horas o algunos días. La naturaleza quita o elimina aquello que no va de acuerdo con sus propios patrones.¿Y qué hacemos nosotros como especie en esos casos? Intentamos prolongar lo inevitable. Buscamos resolver un problema que ya descartó la propia naturaleza. La naturaleza o Dios dirán algunos. ¿Qué hacemos en los casos de enfermedades terminales cuando ya sabemos que no hay solución más que la muerte para una persona por enfermedad o incluso por vejez? Buscamos prolongar su vida aunque sea por medios artificiales. ¿Acaso no es ir en contra de la naturaleza? Con el aborto cortamos una esperanza de vida pero prolongamos aquellas de las cuales no tenemos esperanza. ¡Vaya contradicción!

Hay asesinos perfectamente identificados de los cuales como sociedad no tenemos la menor esperanza, y les prolongamos la vida, gastamos en ellos, en sicólogos, en procesos para readaptarlos a la sociedad ¿y que conseguimos?, nada, en el mejor de los casos parásitos para el mundo y en el peor vuelven a lo mismo, de ellos no tenemos esperanza pero les alargamos la vida mientras que por otro lado terminamos con una vida que está por nacer. Y luego, en el colmo de los colmos la institución encargada de defender los derechos humanos en nuestro país, se vuelve enérgica aplicándose con valor en defensa de los asesinos, violadores, delincuentes y demás, pero es ociosa en la defensa de los que están por nacer. ¿Acaso no hay un derecho humano que resolver ahí?

Lo siento por quienes apoyan el aborto, pero en esta ocasión no estoy de acuerdo en la autorización de libertad que se les da a las mujeres para que elijan si quieren o no tener un hijo después de resultar embarazadas por la relación que haya sido.

Conste que soy partidario del libre albedrío, pero hay de libertades a libertades…